Levantarse a las seis de la mañana para hacer todo bajo los efectos de la rutina hasta que a eso de las 7:30 mi cerebro por fin se da cuenta de que debe seguir funcionando por otras 15 horas me resultó satisfactorio hoy día. Despertar sintiendo la lluvia finita de Lima y el aire fresco en el rostro, escuchando la canción que titula este post es un momento que merece ser atesorado en mi lata de '
think happy thoughts'.
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